🌿 Qué hacer en Orlando si no vas a los parques temáticos

Cuando pensamos en Orlando, lo primero que se nos viene a la mente son sus famosos parques temáticos: Disney, Universal o SeaWorld. Pero lo cierto es que sí, merece muchísimo la pena visitar Orlando más allá de los parques. La ciudad tiene una oferta cultural, natural y gastronómica que sorprende a quien se anima a explorarla con calma.

Uno de los lugares más interesantes es el Downtown Orlando, un centro urbano moderno con vida local, restaurantes de autor, galerías de arte y bares con música en vivo. El Lake Eola Park es perfecto para pasear o hacer un picnic con vistas al lago y a su icónica fuente iluminada. Es un rincón tranquilo y pintoresco, ideal para desconectar del bullicio de los parques.

Para los amantes de las compras, Orlando International Premium Outlets y The Mall at Millenia son paraísos del shopping, con descuentos increíbles y marcas de lujo. También existen opciones más alternativas, como el East End Market, un espacio gastronómico con productos locales y artesanales.

Si te gusta la naturaleza, muy cerca de la ciudad hay opciones fantásticas como el Wekiwa Springs State Park, donde puedes nadar en manantiales de agua cristalina, hacer kayak o senderismo. También está el Leu Gardens, un jardín botánico de 20 hectáreas lleno de flores tropicales y árboles centenarios.

Y si prefieres algo más relajado, los paseos en globo aerostático al amanecer sobre los lagos y zonas rurales de Orlando son una experiencia inolvidable. Además, la ciudad se encuentra a solo una hora de las playas del Atlántico, como Cocoa Beach, o del Kennedy Space Center en Cabo Cañaveral.

En definitiva, sí, Orlando fuera de los parques temáticos merece la pena. Es una ciudad versátil, vibrante y mucho más rica de lo que muchos imaginan. Si te tomas el tiempo de conocerla, descubrirás que tiene alma propia, más allá de la magia de Disney.

La primera vez que visité Orlando lo hice, como la mayoría, con el objetivo de conocer los parques. Pero en uno de mis viajes decidí dedicar algunos días a explorar la ciudad más allá de Disney y Universal, y la experiencia fue mucho más interesante de lo que esperaba.

Comencé por el Downtown. El ambiente allí es completamente distinto: menos turístico, más local. Me senté a tomar un café junto al Lake Eola mientras veía a la gente pasear con sus perros o hacer yoga frente al lago. Me encantó ese contraste entre la calma del parque y los rascacielos reflejados en el agua.

Otro día visité el East End Market y quedé fascinado. Es un mercado pequeño pero lleno de vida, con panaderías artesanales, tiendas de productos orgánicos y locales de comida con un aire bohemio. Almorcé allí un sándwich de brisket ahumado que todavía recuerdo.

También hice una escapada a Wekiwa Springs State Park. No imaginaba encontrar un entorno natural tan espectacular tan cerca de la ciudad. El agua de los manantiales es tan clara que se puede ver el fondo incluso a varios metros de profundidad. Fue el lugar perfecto para desconectar del ritmo urbano y pasar un día de paz total.

Por la noche, descubrí otra cara de Orlando: su vida nocturna. En el Wall Street Plaza y en Church Street hay bares, terrazas y música en vivo. No es una ciudad que se apague al caer el sol, y eso me sorprendió gratamente.

Desde ese viaje, cada vez que vuelvo a Orlando, intento reservar al menos un par de días para disfrutarlo sin parques. Es un lugar con alma, con rincones auténticos y experiencias que te conectan más con la Florida real. En definitiva, Orlando es mucho más que Disney, y conocerlo fuera de los parques cambia por completo tu visión de la ciudad.