Tallahassee, Florida: qué ver, cuándo ir y por qué vale la pena incluirla en tu ruta

Tallahassee no es una de las ciudades más conocidas de Florida, y probablemente no aparezca en las listas de “lugares imperdibles” del estado. Sin embargo, puede sorprenderte si la visitas con la actitud correcta.

Es la capital del estado, con una fuerte identidad universitaria gracias a Florida State University, y una escena local más enfocada en la vida cultural y natural que en el turismo de masas. No tiene playas, pero sí muchos parques, rutas escénicas y edificios históricos.

Es ideal si te interesa una Florida menos turística, con más raíces sureñas, menos ruido y más árboles. Los senderos naturales, los museos y los jardines botánicos son parte del encanto de esta ciudad.

¿Vale la pena? Depende. Si buscas parques temáticos, vida nocturna vibrante o playas, quizás no. Pero si quieres ver otro lado de Florida —más tranquilo, auténtico y con ritmo local— Tallahassee tiene mucho que ofrecer. En especial si te gustan los road trips o vas de paso hacia el norte del estado.

Visité Tallahassee casi por curiosidad, en un viaje en coche por el norte de Florida. No sabía mucho de la ciudad, solo que era la capital del estado y que tenía una fuerte presencia universitaria. Y la verdad es que me llevé una grata sorpresa.

Lo primero que me llamó la atención fue el verde. Es una ciudad rodeada de naturaleza, con colinas suaves (algo raro en Florida), robles gigantes y muchas calles sombreadas por árboles. Pasear por el Alfred B. Maclay Gardens State Park fue un descanso para el alma: senderos cuidados, flores, y silencio.

También visité el Capitolio (sí, se puede subir al mirador del piso 22), donde se ven las mejores vistas de la ciudad. Y me gustó el contraste entre los edificios históricos y la vida universitaria joven, sobre todo alrededor del campus de FSU. Cafeterías llenas, librerías con encanto y un aire cultural muy marcado.

No es una ciudad para “hacer muchas cosas”, sino para tomársela con calma. Me pareció perfecta para pasar uno o dos días, especialmente como parada intermedia. Comí bien, dormí tranquilo y descubrí una Florida que normalmente no se muestra en los folletos.

Mi consejo: visita Tallahassee si buscas algo diferente, sin expectativas de “atracciones”, sino con ganas de sentir el ritmo de una ciudad pequeña, local y profundamente sureña. A mí me gustó más de lo que esperaba.