Fort Myers, Florida: playas paradisíacas, historia y aventuras que te esperan

Fort Myers no suele estar en el radar del turismo masivo como Miami o Orlando, pero sí, merece la pena, especialmente si buscas una experiencia más relajada, auténtica y conectada con la naturaleza.

Esta ciudad costera del suroeste de Florida es conocida por su clima cálido, playas tranquilas, islas cercanas como Sanibel y Captiva, y una energía mucho más calmada que otras zonas del estado. Es un destino perfecto para quienes valoran la belleza natural, los atardeceres dorados y el ritmo lento.

Además, es ideal para familias, parejas o viajeros que quieran evitar el turismo masivo. Tiene museos, paseos fluviales, y es famosa por haber sido lugar de retiro de inventores como Thomas Edison y Henry Ford.

¿Cuándo no lo recomendaría? Si lo que buscas es fiesta o vida nocturna intensa, probablemente te resulte aburrido. Pero si buscas calma, playas, naturaleza y precios más accesibles, Fort Myers puede ser justo lo que necesitas.

En resumen: sí, Fort Myers merece la pena. Es un rincón de Florida que todavía conserva algo del viejo espíritu del estado, y eso… es cada vez más difícil de encontrar.

Visité Fort Myers durante una ruta por la costa del Golfo, y fue uno de esos lugares que no esperas que te marquen… pero lo hacen. Llegamos sin grandes expectativas, buscando una pausa tranquila entre Tampa y los Everglades. Y la encontramos.

Recuerdo especialmente el ambiente pausado. Nada parecía ir deprisa. Paseamos por el centro histórico, visitamos el Edison & Ford Winter Estates, y comimos en restaurantes locales donde el servicio era amable y genuino. Todo tenía un aire de “Florida de antes”, sin prisas ni pretensiones.

Uno de los mejores momentos fue el día que pasamos en la isla de Sanibel. Arena blanca, conchas por todas partes, delfines en el horizonte y un atardecer que todavía recuerdo con una mezcla de paz y gratitud. Fue uno de los días más relajantes del viaje.

Lo único que no me encantó fue que, en algunas zonas, la infraestructura turística es limitada, sobre todo si no tienes coche. Pero, justamente por eso, se siente menos explotado.

Mi consejo: Fort Myers es para quien busca serenidad, naturaleza y autenticidad. No es un destino para ver “grandes cosas”, sino para sentir pequeños placeres: una caminata al atardecer, una cerveza fría viendo el río, o una conversación sin apuro en un porche con mecedora.