Dónde alojarse en Florida: el descanso perfecto para cada tipo de viajero

Elegir dónde alojarse en Florida depende mucho del tipo de viaje que busques: playa, parques temáticos, naturaleza o vida urbana. Lo mejor del estado es que ofrece una amplia gama de opciones para todos los presupuestos y estilos.

Si tu objetivo son las playas, el sur del estado es ideal. Miami Beach ofrece desde hoteles de lujo frente al mar hasta pequeños hostales con encanto. Las zonas de South Beach y Brickell son perfectas si buscas ambiente, vida nocturna y restaurantes. En cambio, si prefieres algo más relajado, Naples o Fort Myers ofrecen resorts tranquilos y playas espectaculares con atardeceres inolvidables.

Para los amantes de los parques temáticos, Orlando es el epicentro. Allí encontrarás hoteles dentro y fuera de los parques de Disney y Universal, que van desde alojamientos económicos hasta resorts temáticos que parecen sacados de una película. Alojarse dentro de los parques tiene la ventaja del transporte gratuito y acceso anticipado a las atracciones.

Si lo que buscas es explorar el norte del estado, Tallahassee y Jacksonville combinan historia y naturaleza, con opciones de alojamiento más asequibles y un ambiente local más auténtico. Por otro lado, el Panhandle (zona noroeste) ofrece playas de arena blanca y hoteles familiares ideales para escapadas tranquilas.

Para una experiencia única, los Florida Keys son una joya. Desde cabañas sobre el agua hasta resorts boutique, hospedarte en Key West o Islamorada te permitirá disfrutar del Caribe sin salir de Estados Unidos.

En resumen, Florida tiene alojamientos para todos los gustos: modernos, bohemios, lujosos o económicos. Lo importante es definir qué tipo de experiencia buscas —diversión, relax o aventura— y elegir el destino que mejor la refleje.

Mi experiencia alojándome en Florida fue tan variada como el propio estado. En cada ciudad sentí un ambiente distinto, pero en todas encontré hospitalidad, comodidad y esa sensación de estar siempre cerca del mar y el sol.

En Miami, me alojé en un hotel frente a la playa en South Beach. Despertar con el sonido de las olas y salir a caminar por Ocean Drive fue una experiencia inolvidable. El ambiente era vibrante, con música, arte y vida a cualquier hora. Eso sí, los precios pueden ser altos, especialmente en temporada alta, pero la ubicación lo compensa todo.

En Orlando opté por un resort dentro del complejo de Disney. Fue una experiencia completamente diferente: todo estaba pensado para la comodidad, el transporte era gratuito, y el ambiente mágico te envolvía desde el primer día. Si viajas en familia, es una opción que realmente merece la pena.

En contraste, en Naples me alojé en un pequeño hotel familiar a pocos pasos de la playa. El ritmo era otro: tranquilo, sereno, ideal para desconectar. Las puestas de sol allí son de las más bonitas que he visto.

También pasé unos días en los Florida Keys, y fue como entrar en otro mundo. Me hospedé en un alojamiento tipo bungalow frente al mar en Islamorada, donde las noches eran silenciosas y el cielo estrellado parecía tocarse con las manos. Sin duda, uno de los mejores recuerdos de mi viaje.

Si algo aprendí de mi experiencia es que en Florida el alojamiento no es solo un lugar donde dormir, sino parte de la experiencia. Cada zona ofrece algo distinto: lujo, diversión o paz. Y eso hace que, sin importar dónde te quedes, siempre sientas que estás en el lugar correcto.